COMIDA VIVA Y MUERTA

Liudmila Gersten

Liudmila Gersten

COMIDA VIVA Y MUERTA

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¿QUÉ ES LA COMIDA?

La comida es una sustancia que los seres vivos consumimos con fines nutricionales, sociales y psicológicos.

A nivel nutricional, obtenemos todo el material necesario para nuestro cuerpo como el hidrato de carbono, los aminoácidos, los ácidos grasos, las vitaminas y los minerales, entre otros, los cuales permiten la regeneración celular y el crecimiento y mantienen en buen estado nuestras funciones fisiológicas y nuestra salud en general.

A nivel social, a través de la alimentación podemos comunicarnos, ya que esta favorece las conexiones sociales y los intercambios culturales.

A nivel psicológico, la comida es una fuente de satisfacción, ya que nos anima, nos genera emociones como el placer, y combate el estrés.

¿POR QUÉ Y CUÁNDO COMEMOS?

Comemos para vivir. Generalmente comemos cuando un miembro de la familia prepara la comida, ya sea el desayuno, el almuerzo o la cena, pero también comemos para compartir tiempo con alguien y disfrutar de su compañía o porque pasamos por un lugar donde preparaban comida y nuestro olfato nos tentó a probar eso que olía tan rico, o simplemente porque visitamos algunos amigos que prepararon algo especial y ¿quién sabe si otro día podremos probar esas delicias?, son muchos los momentos en que decidimos comer y las razones para hacerlo, sin embargo este proceso que parece tan sencillo tiene un trasfondo químico.

¿QUÉ PIENSA DE ESTO NUESTRO ESTÓMAGO?

No podemos saber qué piensa nuestro estómago, sin embargo podemos sentir que en ocasiones se inflama, nos sobresale la barriga o tenemos gases. A mediano plazo ya no estamos contentos con nuestro aspecto, de repente se nos cae el cabello, las uñas se agrietan, comenzamos a sufrir de acidez estomacal, nos aparecen cálculos en los riñones o en el hígado o en ambos a la vez, padecemos alergias, eccemas, etc., nuestro cuerpo colapsa por completo pero al principio nada nos duele, entonces no tomamos en serio nuestro cuerpo y no nos preocupamos por él.

Pocas personas cuando preparamos la comida o la ingerimos pensamos cómo será asimilada por nuestro organismo, casi nadie racionaliza qué beneficios o daños puede causar a su cuerpo una tortilla, una sopa, una ensalada con carne, o una pizza, o ¿cómo nutrirán esos alimentos nuestras células nerviosas, nuestro cerebro, intestino, sangre, cabello o piel?, y ¿cómo nuestra microflora intestinal enfrentará la tarea de desechar lo inservible para nuestro cuerpo y procesar los componentes importantes como las vitaminas y los aminoácidos necesarios para sintetizar los proteínas?. Esto causa infinidad de dolencias y enfermedades, que podrían ser prevenidas con tan sólo una buena alimentación.

¿Y CÓMO HACERLO?

¿Cómo lograr que nuestra alimentación nos ayude a mantener una excelente salud física y mental y que los alimentos no sean ingeridos sólo por ansiedad o por el placer que nos causa comer nuestra comida favorita y los platos típicos de nuestra familia?, ¿Cómo hacer para comer sano y delicioso al mismo tiempo?

Como sabemos, todos los alimentos que comemos, primero se divide en el estómago en componentes básicos (aminoácidos, azúcares simples, etc.), a partir de los cuales el cuerpo crea todo lo que se necesita. Es como un juego LEGO en el cual puedes crear a partir de varios tipos de «ladrillos», miles de construcciones. En el estómago, las enzimas «desarman» los alimentos que hemos consumido en «ladrillos», a partir de los cuales se construyen los músculos y los huesos.

Ahora imaginemos cómo alguien (según el consejo de los dietistas) pone el diseño de LEGO en un horno caliente. ¿Qué pasará con este LEGO? Primero habrá un olor, luego cambiará el color, y al final se deformará. Como en la cocina tradicional, algunos «ladrillos» se funden, otros se deforman y otros se pegan entre ellos. Desmontar el «LEGO» tratado térmicamente es más difícil y posiblemente para su uso posterior habrá pocas o ninguna pieza reutilizable, lo más desagradable es que habrá muchos detalles destruidos, los cuales no está claro cómo reparar o reconstruir. En el caso de los alimentos ocurre lo mismo, el cuerpo necesita separar los elementos nutricionales que consumimos para construir lo que él necesita en ese momento, pero una vez cocinamos los alimentos, estos pierden su forma, componentes, olor y en ocasiones hasta su sabor, y después de esto ¿Cómo podemos reconstruirlos? ¿estos alimentos le hacen bien a nuestro cuerpo?

Existe algo llamado «biobasura», la cual contamina nuestro cuerpo pues es imposible eliminarla fácilmente por su nivel de penetración en nuestro organismo. La mayoría de las enfermedades son el resultado de la esta toxicidad que afecta nuestros órganos, puede ponerlos a funcionar a media fuerza e incluso los puede dejar sin funcionamiento alguno.

Al alimentarnos con comida viva, el suministro de «biobasura» se suspende, y después de un tiempo el cuerpo comienza a eliminar los depósitos de este tóxico que teníamos previamente acumulados. Esto explica los casos supuestamente «milagrosos» de enfermedades que parecían incurables o mortales y que han mejorado mucho o han desaparecido por completo. Son muchos los casos de personas que han cambiado por completo su estado de salud con una buena alimentación, estos no son milagros, simplemente son casos en los que el organismo vuelve a su estado natural al recibir el combustible que necesita para su correcto funcionamiento.

Si hacemos un experimento en el cual sembramos dos almendras, una cruda y la otra tostada, entonces descubriremos que la almendra cruda después de 3 semanas crecerá y, la almendra tostada se pudrirá. ¿Por qué pasa esto?. Cuando el agua nutre la almendra cruda o viva se despertaran las fuerzas de vida y de ella crecerá un árbol de almendro entero, que trae un centenar de nuevas almendras, todo esto ocurre porque en la almendra cruda hay enzimas y en la almendra tostada no. Las enzimas, son moléculas de naturaleza proteica que catalizan reacciones químicas​ y que son de vital importancia para nosotros, así como lo son para las almendras, ya que con su ayuda asimilamos todos los alimentos que comemos.

Por ejemplo, si comemos un puñado de almendras tostadas, es decir muertas, recibiremos muy poca nutrición por la falta de enzimas, minerales y vitaminas, pues esta fueron destruidas por el calor, por el contrario si consumimos la almendra cruda, que está viva, recibiremos todos sus nutrientes, este efecto aumenta si la activamos con agua, es decir, si la ponemos a remojar durante 24 horas para despertar sus fuerzas y enzimas vivas. A partir de estas nueces vivas, podemos preparar cremas, salsas, quesos, leches, yogures, etc., los cuales tendrán un altísimo valor nutricional para nuestro organismo.

Nuestro amor por la comida caliente, nos juega una cruel broma ya que al calentarla eliminamos estas moléculas microscópicas (enzimas) que son tan benéficas para nuestro cuerpo y salud.

NO HAY ENZIMAS VIVAS en la harina o los productos de harina, ni en la pasta, el pan, las galletas, los panecillos dulces, el azúcar refinada, el arroz cocido, las patatas hervidas o fritas, ni en cualquier plato caliente y cocido, por muy bonito que se vea. Es un golpe doloroso saber esto sobre los alimentos que comemos a diario, pero les voy a dar una buena noticia, ya que tenemos la oportunidad de encontrar las enzimas en otros productos alimenticios. EN LA COMIDA VIVA.

LA COMIDA VIVA está compuesta por alimentos como las frutas y verduras frescas y crudas, las cuales desafortunadamente, consumimos tan poco en nuestra dieta diaria. Sin embargo, dentro de la comida viva, la mayoría de las enzimas las encontramos en semillas germinadas, en gérmenes de granos, en el ajo, la piña y la papaya. Es imposible comer en exceso las enzimas. Todas las que podamos comer son benéficas para nuestro cuerpo y salud, pues ellas son quienes nutren nuestra inmunidad y luchan contra infecciones y enfermedades tan dañinas como el cáncer.

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